No es belleza, es verdad.

La música como experiencia consciente: Husserl y Celibidache en diálogo.

ESTÉTICA MUSICAL

5/27/20254 min read

Comparativa: del pensamiento a la batuta

Aquí tienes un pequeño recorrido por los puntos de conexión entre la fenomenología de Husserl y la experiencia musical según Celibidache, tomando como base el análisis de García Vázquez.

1. El fenómeno

Para Husserl, la filosofía debe partir de lo que se nos da directamente en la conciencia: el fenómeno. Todo lo que aparece, aparece para alguien. Celibidache entiende la música de forma parecida: no como un objeto, sino como una vivencia sonora que se manifiesta en la conciencia del oyente y del intérprete.

“El sonido es la conquista del ser humano sobre la masa amorfa” (García, 2015).

2. Fenomenología

Husserl concibe la fenomenología como un método para llegar al conocimiento esencial de las cosas. Celibidache, sin seguir una fenomenología académica, desarrolla su propia manera de atender a cómo el sonido afecta a la conciencia, cómo se vive el tiempo, la energía, el espacio sonoro.

Para él, la música se vive, no se reproduce.

3. Conciencia

En ambos casos, la conciencia está en el centro: no hay música sin alguien que la escuche, sin una vivencia que la sostenga. La música no existe sin conciencia, sin alguien que la perciba aquí y ahora.

“¿Es posible que podamos hablar de música si no hubiera conciencia humana?” (Celibidache, 1974).

4. Intencionalidad

Para Husserl, toda conciencia es conciencia de algo. Celibidache lo lleva a su terreno: el intérprete no debe imponer una intención preconcebida, sino vaciarse de expectativas para dejar que la música surja desde la vivencia pura.

“Lo que me hace capaz de hacer es que no tengo intenciones. Me libero una y otra vez de todo lo que sé” (Celibidache, 1983).

5. Realismo y verdad

Para Husserl, la verdad es algo que se experimenta en conciencia. Celibidache no busca una verdad técnica ni estética, sino una verdad sonora que solo aparece si se vive la música desde dentro, como fenómeno irrepetible. Por eso rechazaba las grabaciones: para él, una obra no puede encerrarse en un objeto.

“El propósito de la música y el propósito del arte no es la belleza, esta es una falsa concepción occidental, el fin es la última verdad” (Celibidache, 1983).


Cuando la música se convierte en fenómeno

Durante mis años de formación, en especial en dirección, hubo una palabra que empezaba a sonar con frecuencia: fenomenología. Y más concretamente, la fenomenología de Celibidache. Lo confieso: mi cara al escuchar aquello era de póker absoluto. ¿Fenomequé?

Con el tiempo (y alguna que otra lectura intensa), fui descubriendo que aquello que sonaba tan filosófico tenía mucho que ver con cómo vivimos la música, más que con cómo la tocamos o la analizamos.
La música no es solo una secuencia de notas bien escritas en una partitura; es, sobre todo, una vivencia sonora que se manifiesta en un instante único e irrepetible.

Y ahí es donde aparece un curioso puente entre Edmund Husserl, padre de la fenomenología filosófica, y Sergiu Celibidache, uno de los directores más intensos y enigmáticos del siglo XX.

En el artículo "Fenomenología de Husserl y fenomenología musical de Celibidache: origen y semejanzas", la musicóloga Francisca García Vázquez hace un trabajo maravilloso trazando conexiones entre estos dos mundos. ¿Puede un concepto filosófico ayudarnos a entender mejor cómo sentimos la música? La respuesta es sí… y más de lo que imaginamos.

¿Y si enseñásemos música así?

Este enfoque no solo es filosófico: tiene implicaciones prácticas para músicos, docentes y oyentes.

  • Para quien interpreta, invita a tocar cada vez como si fuera la primera. No como ejecución mecánica, sino como vivencia sonora nueva.

  • Para quien escucha, abre la posibilidad de experimentar la música con atención plena, sin tratar de entenderla todo el tiempo.

  • Para quien enseña, puede ser una puerta hacia una educación más consciente, menos obsesionada con la perfección técnica y más interesada en el fenómeno musical real, vivido.

Si este recorrido entre la filosofía de Husserl y la práctica musical de Celibidache te ha resultado tan fascinante como a mí, te animo a sumergirte en el artículo completo de Francisca García Vázquez: filosofiadelamusica.es Allí encontrarás un análisis detallado de los conceptos clave de la fenomenología y su aplicación en la interpretación musical, enriquecido con citas y ejemplos que amplían y profundizan lo que he escrito aquí.

Esta forma de entender el fenómeno musical es para quienes buscan comprender la música más allá de la técnica, como una experiencia consciente y transformadora.